29 de noviembre de 2009

MARIHUANA Y HACHÍS



La Marihuana es la mezcla de todas las partes de la planta Cannabis indica. Su principio activo es el tetrahidrocannabinol. El hachís surge de la destilación de la resina obtebida de las flores y presenta una concentración de tetrahidrocannabinol muy superior a la Marihuana.

La Marihuana se usa como droga fumándola en forma de cigarrillos o pipa, mientras que el hachís tiene que quemarse un poco para deshacerse de su forma de pastilla marrón. Después se mezcla con tabaco para fumarlo.

Efectos:

En el plano fisiológico: aumento del apetito, sequedad de boca, enrojecimiento de la conjuntiva de los ojos, brillantez de la córnea, taquicardia, sudoración, analgesia moderada, somnolencia, y dificultades en la coordinación motora.

En el plano psicológico: sensación de euforia, relajación, desinhibición, cambios sensoriales y perceptivos, pérdida de concentración y disminución de la coordinación. En altas dosis puede provocar alucinaciones (este es el efecto que hace que algunos autores consideren a la marihuana como un alucinógeno menor).

Los principales riesgos del cannabis están asociados a los efectos perjudiciales que podría llegar a generar en el sistema respiratorio cuando es fumada. El humo de la marihuana puede llegar a producir bronquitis crónica, enfisema pulmonar y cáncer de pulmón.

En cuanto al sistema circulatorio, el consumo de cannabis provoca de manera casi inmediata taquicardia, por lo cual las personas que padecen insuficiencia cardíaca o hipertensión (presión arterial alta) podrían ver empeorados sus síntomas.

Por otra parte, la acumulación de tetrahidrocannabinol en el cerebro puede provocar alguno de estos efectos:
  • Puede entorpecer la memoria, sobre todo, la memoria a corto plazo, lo cual dificulta la retención de los sucesos que se han vivido bajo los efectos de la sustancia.
  • Puede alterar la capacidad de concentración
En el caso de que se consuma con alcohol, esta combinación puede dar lugar a lipotimias (mareos o desmayos) como consecuencia de la acción vasodilatadora del alcohol y el aumento en el consumo cerebral de oxígeno que provoca el tetrahidrocannabinol. El cerebro necesita más oxígeno de lo habitual y dispone de una cantidad menor del mismo.

Podría además generar ciertos problemas psiquiátricos en aquellos usuarios crónicos con una condición esquizofrénica pre-existente.

En cuanto a su potencial adictivo, no produce dependencia fíisica, pero si dependencia psicológica.







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