En primer lugar, hemos escogido tratar el consumo de marihuana entre los rastafaris, debido a que es, junto con las rastas, el rasgo que mas les identifica. Para los rastafaris, se puede decir que la marihuana es parte de su religión. Utilizan el cannabis para rendir culto a Jah, nombre que es una abreviación de la divinidad judía "Jehová. La Biblia incita a los hijos de Rastafari a fumar hierba (Génesis 8; Apocalipsis 22.2). Jamaica es el país con más rastafaris del mundo. A partir de algunas estimaciones, los jamaicanos serían los mayores consumidores de cannabis de todos los países del mundo. Estudios privados y gubernamentales revelan que del 60 al 70% de la población fuma, bebe o absorbe de alguna manera la marihuana. Entre los rastafaris, por tratarse de un elemento religioso importante, su consumo es ritual. Por lo tanto, está bastante clara la relación entre el rastafarismo y la marihuana.
La segunda razón por la cual hemos decidido investigar sobre el consumo de marihuana, es el pensamiento popular que existe entre los jóvenes, que asocian el consumo de marihuana con el aumento del disfrute y la actividad sexual, así como de la mejora de sus relaciones sociales. Nosotras, como hemos planteado en nuestra hipótesis, creemos que esta creencia es totalmente falsa, y que no solo no mejora las relaciones sexuales, sino que las dificulta.
Por lo tanto, queremos demostrar científicamente que el consumo de marihuana no facilita las relaciones sociales, ni tampoco favorece las relaciones sexuales. Mediante el resultado de nuestra investigación queremos que los resultados nos permitan desmontar estas falsas expectativas de los jóvenes.
El cannabis es la sustancia de abuso más consumida en el mundo, a pesar de que se desconocen con exactitud sus efectos sobre la esfera sexual. Este desconocimiento sobre sus efectos también nos ha motivado para llevar a cabo esta investigación.
La preocupación por el aumento del consumo mundial de esta sustancia es otra de las razones que nos han llevado a indagar sobre el tema. En los últimos diez años, se ha duplicado el número de consumidores, pasando de 150 mil a 350 mil. Además, numerosas investigaciones indican que el consumo de esta droga está creciendo. Nosotras pensamos, como ya hemos citado anteriormente, que una de las razones de este aumento, es la creencia establecida entre los jóvenes de que mejoraran la calidad de sus relaciones sexuales. Pensamos que el aumento de placer sexual no parece estar en relación con el consumo de marihuana por sí mismo, sino que quizás lo este con un estilo de vida que incluye el consumo de drogas y el sexo como elementos de una pauta global de búsqueda de sensaciones. Además, la marihuana es el paso previo a drogas más fuertes. A través de nuestra investigación, nos gustaría aportar nuestro granito de arena para tratar de reducir este preocupante consumo.
En cuanto a las razones por las que pensamos que la marihuana dificulta las relaciones sexuales, nos hemos basado en los efectos que produce. A las personas que consumen habitualmente marihuana, en nuestra investigación los rastafaris, después de un periodo largo de consumo, La marihuana les produce los siguientes efectos secundarios: distorsión de la percepción estropeando la sensibilidad, disminuye la memoria y la voluntad, dificulta pensar, aprender y tomar decisiones, produce ansiedad y agresividad alterando el equilibrio psíquico. Hace perder interés y motivación por las cosas normales (vida, higiene...) para centrar la atención en la droga y sus rituales. Como efectos inmediatos, la dejadez, la indiferencia, pasotismo, pérdida de energía para moverse, falta de ilusión y de motivación, que invita a tomar de nuevo la droga.
Por lo tanto, experimentar todas estas sensaciones, nos parece incompatible con el disfrute de las relaciones sexuales, debido a la perdida de interés en general que produce la sustancia.